A finales del siglo XIX la Física conservaba todavía el mágico encanto y la tensión espiritual que nos han transmitido las novelas de julio Verne y las máquinas y aparatos de la época.
En España, la Física se desarrolló primero como "materia instructiva" a lo largo del último cuarto de la pasada centuria. Al igual que el conjunto de la ciencia española, conoció luego su momento de esplendor, ya en los comienzos de nuestro siglo, con la que se ha dado en denominar "Generación de los sabios". Pero este salto hacia adelante sólo fue posible gracias a la silenciosa labor de las promociones anteriores. Uno de estos anónimos científicos sin historia, D. Máximo Fuertes Acevedo, fue quien dotó al Instituto de Segunda Enseñanza de Badajoz del magnífico Gabinete de Física, pieza estelar de esta exposición.
Fuertes Acevedo, introductor en la región extremeña del Darwinismo yde la moderna mentalidad positivista, se preocupó, durante los años en que ejerció la dirección del instituto, de ir adquiriendo la mayor parte de los aparatos y del instrumental científico que ahora contemplamos. Puede decirse que gracias a él pudieron formarse convenientemente en estas aulas extremeños como los hermanos Carrasco Garrorena, Francisco Vera o Eduardo Hernández Pacheco, hombres todos ellos llamados a escribir páginas gloriosas en la historia de la ciencia española.
Fernando T. Pérez González.